lunes, 7 de diciembre de 2009
Fernando Z. Maldonado
jueves, 12 de noviembre de 2009
Joaquín Antonio Peñalosa Santillán
Sus letras fueron conocidas en prácticamente todo el mundo de habla hispana, sin embargo poco se sabe de su persona y obra humanitaria a favor de la infancia pobre de San Luis Potosí.
Monseñor Joaquín Antonio Peñalosa y Santillán nació en San Luis Potosí el 9 de Enero de 1922, sus padres fueron don Rafael Antonio Peñalosa Sanz y doña Josefina Santillán Bocanegra; por ella le viene el parentesco con Francisco González Bocanegra.
Queda huérfano de padre a muy tierna edad, siendo entonces su madre sostén y guía.
A los 13 años ingresa a la Escuela Apostólica de los Misioneros del Espíritu Santo en Guadalajara, Jal. donde se distinguió por su facilidad en el aprendizaje y dominio del Latín, pero tuvo que regresar a San Luis cuando su madre se enferma, es entonces cuando ingresa al Seminario potosino, de donde lo ordena Sacerdote, el obispo Gerardo Anaya Diez de Bonilla el 1 de noviembre de 1947; su primera misa la celebra en la capilla del convento de las Misioneras del Espíritu Santo y ejerce su ministerio sacerdotal en la Parroquia de San Miguelito y el templo del Sagrario.
En 1952 parte a la Cd. de México donde realiza estudios de posgrado y doctorado en Letras Españolas presentando, en el postgrado, la tesis “Francisco González Bocanegra –su vida y su obra-“ y para el doctorado “Entraña Poética del Himno Nacional”, rindiendo con esto, además, homenaje a su sangre.
En 1957 funda “El Hogar del Niño” donde recibía niños sin recursos y les proporcionaba casa, vestido, alimento y estudio. En la actualidad sigue funcionando esta institución con algunas modalidades, sin perder de vista los principios y espíritu para lo que fue creado.
Aunada a su vocación por el estudio estaba su vocación por la docencia y fue maestro en el Seminario, el Instituto Tecnológico entonces regional, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, en los Colegios Motolinía, Sagrado Corazón, Hispano Inglés y el Instituto Potosino de los hermanos maristas y otros más.
Participó en la construcción de dos templos: Cristo Rey y La Anunciación.
Tenía el hábito de escribir todos los días, aún en aquellos en que no sentía inspiración para hacerlo. Siendo seminarista fue descubierto, como escritor, por el Obispo de Monterrey don Guillermo Tritschler y Córdoba, quien recomiendo al Obispo Potosino, don Gerardo Anaya, que apoyara a Peñalosa y gracias a eso se publica su primer libro “Ensayos Poéticos de Manuel José Othón.
En 1948 publica por su cuenta su primer libro “Pájaros de la Tarde”, en 1950 “Invitación a los clásicos”, 1951 “Ejercicios para bestezuelas de Dios”, 1959 “Siete poemas”, 1961 “Canciones para entretener la nochebuena”, 1962 “Sonetos desde la esperanza”, 1963 “Un minuto de silencio”, 1977 “Museo de cera”, 1986 “Sin decir adiós”, 1992 “Aguaseñora”, 1993 “Copa del mundo”, “Cantigas de Santa María”, 1997 “Hermana Poesía”, 1999 “Cantar de las cosas leves” y muchos, muchos mas con una variedad de temas y géneros tan extensos que los hay para todos los gustos, niveles y edades.
Algo observable en su extensa bibliografía es que conforme fue avanzando en edad fue creciendo en sensibilidad y sencillez.
Fue Capellán de la plaza de toros, ovinamente era aficionado a la fiesta brava.
Socialmente se desenvolvía en todos los círculos sociales durante algún tiempo fue el cura de moda entre la clase acomodada que sostenía con sus donativos y limosnas de algunos, a sus niños pobres. Tan estrecha era su relación con la burguesía potosina que de broma o no se le ligaba a la familia mas representativa de fines de los sesentas y principios de los setentas con la frase “Uy no, que darán los Meade y el Padre Peñalosa”.
Joaquín Antonio Peñalosa fue llamado por el Padre Celestial, el 17 de noviembre de 1999 y el cura escritor, como hijo, obediente fue a Él.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
Don José Inés Loredo y su famosísima “Carne Asada a la Tampiqueña
Llegando a Tampico comienza a desempeñarse en modestos trabajos de comedor en el Hotel Imperial, de ahí pasa al Café Victoria donde encuentra colocación como camarero (mesero) y posteriormente en el Restaurante Opera, Cabaret Louisiana, los Restaurantes Manhatan, Astoria y Royal, hasta llegar al Hotel Bristol en el año de 1932, que tenía entonces el mejor restaurante de todo el país .
Por su profesionalismo, vocación de servicio y don de gentes, José Inés era ya una persona bien relacionada y apreciada en el puerto. Por lo que fue invitado a participar activamente en diferentes puestos públicos, primero como regidor, después como jefe de la policía y por último presidente municipal de Tampico, Tamps. Cabe mencionar que durante sus gestiones en esos diferentes puestos nunca dejó su trabajo como mesero, incluso se cuenta la anécdota, que siendo presidente municipal, recibió la visita de un alto funcionario del gobierno de Tamaulipas, quien posteriormente fue atendido en el restaurante del Hotel Bristol por el mismo don José Inés, el funcionario aquel no podía creerlo y preguntó a don José la razón de su trabajo y este le contestó que no podía darse el lujo de dejar su trabajo pues con el sueldo de presidente municipal no le alcanzaría para vivir como estaba acostumbrado a hacerlo.
Era la época de bonanza petrolera y las propinas superaban en mucho los sueldos de cualquier profesionista.
En 1939 decide irse a la ciudad de México junto con su hermano Fidel Loredo, los compañeros de trabajo Rodrigo Ramírez , Héctor Crespo y el maestro de cocina Antonio de Rocabruna y Valdivieso, con la idea de fundar un restaurante que inicia en un modesto local en Balderas y Av. Juárez, cercano a la Alameda Central y le pusieron por nombre “Tampico Club”. La cocina estaba a cargo del maestro Rocabruna y Fidel Loredo, la especialidad de la casa fue el “Almuerzo Huasteco” que pronto cobra fama y consistía en Cecina Huasteca (que a diferencia de las cecinas que se sirven en otras partes esta es fresca, suave, jugosa y tierna consistencia) enchiladas verdes, queso asado a la plancha y una casuelita de frijoles negros con epazote, sin faltar el café de olla (que es preparado con canela y endulzado con piloncillo), fue tanta la aceptación de este “Almuerzo Huasteco” que los comensales lo pedían a toda hora, de tal suerte que el restaurante Tampico Club permanecía abierto las veinticuatro horas, es entonces cuando don José Inés Loredo diseña el platillo de Carne Asada a la tampiqueña con un filete delgado y largo de carne asada dispuesto a lo largo de un plato oval, con una guarnición de rajas de chile poblano, enchiladas que de origen debieron ser verdes del tipo huasteco, esto a un lado de la carne y al otro aguacate picado con chile y cebolla, frijoles negros refritos con totopos y queso, a este platillo se le daría un simbolismo, la carne asada al centro representaría al río Pánuco; el platón o plato oval, la zona Huasteca; las enchiladas verdes, los verdes campos de la región; los frijoles negros la tierra fértil y el queso blanco, la pureza de la gente del lugar.
Aún cuando San Luis Potosí lo único que tiene de don José Inés Loredo es su Acta de Nacimiento, honra su memoria sirviendo la Carne Asada a la Tampiqueña, con enchiladas potosinas, como recordando que su creador nació en estas tierras.
La fama del Tampico Club fue tanta que recibía a distinguidos personajes de la política, el arte y los espectáculos, sin faltar por supuesto familias que encontraban en el lugar un ambiente sanamente agradable.
Nacen después otros restaurantes propiedad de don José I. Loredo, como el Restaurante Loredo en la calle de Hamburgo y en 1944 El Mesón del Caballo Bayo, este se especializó en comida mexicana y nadie daba buenos augurios dado que su ubicación era lejana al centro de la ciudad, mas allá del Hipódromo, prácticamente en despoblado, sin embargo ha sido el mas representativo de los restaurantes de don José Inés Loredo cuya fama ha trascendido fronteras.
Y siguieron abriendo restaurantes Loredo hasta crear el Grupo Loredo, que además de operar sus propios restaurantes en diferentes entidades de la República, da servicio a comedores industriales.
En Tampico, Tamaulipas , una escuela primaria tiene su nombre, como en 1973 a una calle del puertose le puso el nombre de José Inés Loredo.
En 1964 Recibió un homenaje por parte de la cámara de restauranteros, de la que fue fundador.
En 1974, la Asociación Nacional de cocineros y reposteros de España le otorgó el título Caballero de la Orden de San Lorenzo y en 1977 la Organización Milano de Italia le otorgó el II Cuoco D’Oro Internazionale. Fue considerado hasta sus últimos días Presidente Vitalicio de la Asociación Mexicana de Restaurantes y presidente de la Asociación de Técnicos Gastronómicos y Hoteleros de la República Mexicana.
La Cámara Nacional de la Industria Restaurantera ha instituido el premio al mérito empresarial restaurantero “José Inés Loredo” a la cocina Mexicana.
miércoles, 7 de octubre de 2009
“El brigadier” de Jorge Andrés Zarzosa Garza
El abuelo muere y sus bienes son distribuidos en santa paz a cada uno de sus descendientes directos y quiere la suerte que “El libro” quede en propiedad de uno de los miembros de la familia que al no saber que hacer con él y conociendo el profundo cariño que Jorge Andrés tiene por la trayectoria de la familia desde su llegada a México allá por el siglo XVIII, se lo ofrece en propiedad.
Cuando por fin, el Lic. Jorge Andrés Zarzosa obtiene el tesoro de la familia, pasa noches en vela viendo y descubriendo documentos originales de un valor incalculable, que le hablan de la trayectoria patriótica de su ascendente Pedro José Zarzosa y Oviedo nacido en la Hacienda de Bocas, S.L.P., un Héroe sin monumento, sin estatua en plaza pública, sin reconocimiento en los anales de la historia patria. Y descubre al Realista por disciplina y al Insurgente por convicción, que fue determinante en la consumación de la Independencia de México.
El espíritu exaltado de Jorge Andrés llora ante el silencio oficial y la ingratitud de la historia que no menciona a aquel que lo dio todo por ver, finalmente, a su patria libre.
Pareciera que todo terminaría con la posesión de “El libro” pero ante el descubrimiento de aquel antepasado, el Lic. Zarzosa se da a la tarea de saber mas de Pedro José Zarzosa y viene a San Luis, logra entrevistarse con el entonces gobernador, que ante tan sana intensión, le procura todo tipo de facilidades para que investigue cuanto necesite en donde así lo considere. El autor descubre la “Fe de bautizo” y con ella una ascendencia aún mayor que lo lleva hasta Nicolás Fernando de Torres y con ello hasta Oviedo, España, (cuna de los Zarzosas). Recaba mas documentos aquí en San Luis y va al archivo de la Secretaría de la Defensa Nacional, donde descubre un legajo del Brigadier Pedro José Zarzosa y a su vez en el Archivo de la SEDENA quedan maravillados con los documentos que presenta Jorge Andrés al que le piden les permita curarlos para su conservación y le dan acceso a todo lo referente del héroe olvidado. Viaja luego al Archivo de Indias y regresa con el firme propósito de hacer justicia al hombre, al nombre y al pueblo, dándolo a conocer de alguna forma accesible.
Escribe el libro que pretendiendo quitar la pesadez que para muchos significa leer historia, la hace una exposición novelada siendo el plus de su obra, la colección de documentos que se guardaban en el misterioso “libro(tesoro de familia)” así como los demás que fue recogiendo en su investigación exhaustiva, que por cierto no terminado aún.
Este Libro, “El brigadier” de Jorge Andrés Zarzosa Garza es un regalo que hace al pueblo de San Luis con motivo del bicentenario del inicio de la Guerra de Independencia” y bueno es que se encuentre en la biblioteca de cada hogar en San Luis Potosí.
lunes, 28 de septiembre de 2009
UN MONUMENTAL Y ESCULTÓRICO ADEFESIO
Independientemente de las proporciones poco estéticas, el rostro de Luis IX Rey de Francia, expresa un pavor incontenido, ojos desorbitados casi bizqueando que parecen a punto de salirse de sus cuencos y el gesto en su boca parece un puchero a punto del llanto, la espada que mas parece un juguete de madera, levantada tras su cabeza como a punto de descargar, indeciso, el golpe sobre una alimaña en el suelo frente a él.
ESCULTURA DEL PATRONO DE LA CIUDAD
“SAN LUIS REY DE FRANCIA”
INAUGURADA EL 3 DE NOVIEMBRE DE 2008 POR EL
LIC. JORGE LOZANO ARMENGOL
PRESIDENTE MUNICIPAL
EN EL 416 ANIVERSARIO DE LA
FUNDACION DE LA CIUDAD
H. AYUNTAMIENTO DE SAN LUIS POTOSI
2007 – 2009
San Luis Potosí, específicamente el Barrio de San Juan de Guadalupe y mas allá, en escalerillas se tiene fama de ser territorio de “Cantereros” o talladores de cantera, pero no son propiamente escultores en su generalidad. Muy probablemente de ahí se haya contratado los servicios del creador de esa figura.
Que fue colocada sobre la jardinera en esquina Nor-Oriente de la “Plaza de los Fundadores” , ahí permaneció algunos meses que no llegaron al siguiente aniversario de la ciudad. Una mañana de cualquier día de 2009 amaneció la mencionada esquina sin el adefesio escultórico y en su lugar un parche mal hecho que evidencia la falta de capacidad de del ayuntamiento 2007-2009, para dar mantenimiento a la ciudad.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
El Teatro de la Paz
Por esos tiempos la cárcel de la calzada estaba también en construcción, había comenzado antes que el Teatro y en cuanto fue posible ser utilizada, aún sin concluir, fueron trasladados los reos desde su antigua residencia, para iniciar las obras de la monumental obra concebida y dirigida por el arquitecto José Noriega.
El teatro de la Paz se inauguró el 4 de Noviembre de 1894, coincidentemente con el cumpleaños del entonces gobernador Carlos Diez Gutiérrez y con el segundo congreso médico mexicano que se celebró con cede en San Luis.
La inauguración del Teatro de la Paz fue todo un acontecimiento, vinieron mas de mil quinientos visitantes, para los que se organizaron banquetes, y serenatas en la plaza de armas que se cubrió con una gran vela. A los vendedores tradicionales se agregaron los vendedores de chisteras.
El programa inaugural, con la presencia del ministro de gobernación, Manuel Romero Rubio, que asistía con la representación del General Porfirio Días, se abrió con el Himno Nacional Mexicano, interpretado por el coro de la Compañía de Opera Popular, que era una compañía Italiana, y las estrofas estuvieron a cargo de las solistas Virginia Ferranti, Angélica Gay y Fanny Perez, Mezzosoprano, soprano dramática y soprano, respectivamente, luego vino el discurso inaugural a cargo del gobernador Carlos Diez Gutierrez y después la intervención del poeta Manuel José Othón, cerrándose el programa con la representación de la ópera “Lucrecia Borgia” de Gaetano Doniezetti.
En los siguientes días sirvió de marco a las sesiones del segundo congreso nacional de medicina y en los años subsecuentes sirvió para audiciones y representaciones memorables, ahí actuaba con frecuencia la orquesta del maestro Flavio F. Carlos. La ciudad era visitada con frecuencia por concertistas de gran prestigio y en 1899 se dio a conocer la gran maravilla del siglo: El cinematógrafo de Lumiere, o la linterna mágica, ese mismo año, en el mes de septiembre, se celebraron los primeros juegos florales organizados por el instituto científico y literario, ahora UASLP.
Del 7 al 9 de Octubre de 1905 se celebró el tercer centenario del Quijote, con el estreno de la obra “El último capítulo, escrita por Othón, justamente para esa conmemoración.
En el proyecto arquitectónico original, el teatro quedaría literalmente abrazado por un hotel cuya fachada daría hacia la alameda, finalmente los anexos exteriores fueron utilizados como oficinas, incluso la de policía y tránsito estuvo ahí, como también estuvo, en los años treintas, la delegación de la Cruz Roja.
Hacia 1927, el teatro ya demandaba reparaciones urgentes, los suntuosos cultos y elegantes espectáculos habían dejado su lugar a exhibiciones de Lucha libre, burlesque y vaudeville.
En 1944, durante el gobierno de Gonzalo N. Santos, el teatro era un vil cascarón al que no bastaba una restauración sino una reconstrucción y así lo decidió el mandatario, formando un patronato para la administración de las obras materiales y el posterior funcionamiento del teatro. En la primera mesa directiva del patronato del Teatro de la Paz, estuvo como secretario Antonio Rocha Cordero y la obra de reconstrucción estuvo a cargo del Arquitecto Francisco Javier Cossio, auxiliado por el Arq. Ignacio Algara y el Ing. Flavio Madrigal., fue entonces cuando se construyeron, acertadamente, la Galería Germán Gedovius y la sala de conciertos Flavio F. Carlos.
Y así, el día 25 de Septiembre de 1949 a las 22:00 horas se hizo la solemne reinauguración, iniciándose con el Himno Nacional Mexicano, tocado por la Orquesta Sinfónica Potosina, dirigida por don Ramón Hernández, en seguida unas palabras de Antonio Rocha Cordero y una intervención mas de la Sinfónica Potosina tocando “El Barbero de Sevilla, cerrando el programa la compañía de teatro de María Teresa Montoya, con ella como protagonista, representando el melodrama “Fiebre de Juventud”.
Desde entonces el teatro de la paz ha sufrido alteraciones importantes, algunas acertadas y otras, aún cuando hayan sido hechas con la mejor de las intenciones han resultado nefastas, como la última que acabó por afectar la acústica de la sala, durante el gobierno del Lic. Fernando Silva Nieto.
El patronato que iniciara en 1944 fue cambiando de personas y al final terminó siendo un obstáculo para muchas representaciones que merecían este escenario, por lo que fueron retirados y entonces la administración del Teatro de la Paz quedó durante un breve lapso, bajo el control de la Secretaría de Educación, hasta que se creó el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, y posteriormente el Instituto de Cultura de San Luis Potosí y actualmente la Secretaría de Cultura del Estado, que quizás sea el tiempo en que mas uso se le ha dado a este recinto que tanto nos enorgullece a los Potosinos.
Nota, lo de “Palacio de Villerías” fue un mote que alguien le puso por encontrarse en la calle de Villerías y como le da cierto encanto aristocrático que no le va mal, se usa con frecuencia.
viernes, 18 de septiembre de 2009
Gerardo Arriaga Moreno
martes, 15 de septiembre de 2009
Santuario de Guadalupe de San Luis Potosí
En la Sacristía del Santuario de Guadalupe de San Luis Potosí, hay una inscripción que dice que en ese lugar ofició misa el Cura Miguel Hidalgo y Costilla, pero en realidad la presencia de Hidalgo y su relación con los potosinos va mas allá de un acontecimiento aislado, fortuito o accidental.
Por curioso que parezca Miguel Hidalgo, Ignacio Allende y Félix María Calleja del Rey, formaron lo que hoy se denominaría como un “patronato pro-construcción” del Santuario de Guadalupe, al menos para su última etapa.
En 1799 se habían gastado, ya, en la construcción del Santuario, mas de cien mil pesos, una cantidad bastante considerable, pero la obra estaba inconclusa, aunque ya estaba la nave principal, faltaba la fachada y las torres, por lo que el mencionado “patronato” con el ayuntamiento de San Luis idearon la realización de una temporada de toros, con quince corridas. No existe antecedente a corridas de toros en San Luis, no obstante existir en las cercanía, ganaderías de reces bravas. Este hecho, de suyo debió crear gran expectación en la población.
En los primeros días del año 1800, el ayuntamiento solicitó al Virrey Azanza, su anuencia para tan majestuoso evento. El Cura o párroco de San Luis don José Anastacio Sámano (cabe recordar, que en ese tiempo sólo existía una parroquia) se oponía a tales corridas argumentando que eran un motivo para pecar pues las señoras encopetadas se confeccionarían vestidos provocativos para irse a exhibir públicamente, que la gente se emborracharía cometiendo excesos y una sarta de ideas maliciosas mas, que expuso al virrey en una carta y este la turnó al Fiscal, un señor de apellido Borbón que contestó duramente diciéndole al cura que “Sería mas laudable el celo del Cura de San Luis si costeara de su bolsillo la conclusión de la obra del templo de nue3stra señora de Guadalupe en vez de oponerse a las corridas de toros….”
La festividad taurina se programó entonces para el mes de mayo de 1800, para lo cual el ayuntamiento mandó retirar a todos los vendedores y puestos de la Plaza de Armas, reubicándolos en la de San Francisco, para proceder a levantar la temporal plaza de toros, quizás la primera de San Luis.
Pero sucedió que justo por esos tiempos fue cambiado el Virrey Azanza por el señor Marquina y las fiestas tuvieron que trasladarse para el mes de Octubre de ese mismo año.
Dándo los últimos toques a la organización, Hidalgo propuso que abrieran plaza los indios con sus danzas, cosa que no aceptó Calleja que siendo el Comandante de Armas de San Luis lo veía como un desaire a la tropa para que hiciera el despeje de la plaza de toros. Hidalgo, ecuánime y conciliador como debió serlo no vio mayor problema en ello y accedió sin mas a que fueran el regimiento encabezado por Ignacio Allende, subalterno de Calleja partiera plaza, en tanto afuera bailarían los danzantes sus danzas chichimecas.
El Cabildo por su parte solicitó a los hacendados de la región aportaran reces para las corridas, recibiendo una respuesta favorable, algunos además de reces aportaron dinero y otros que no las tenían sólo aportaron dinero, pero hubo quienes no se molestaron en contestar como los de Villela, Jaral, La Estanzuela, El Coyonoxtle, La Sauceda y Pozo de Acuña que se vieron muy mezquinos.
Llegó la fecha, el 9 de Octubre de 1800 se hizo la bendicón del Santuario seguido por un solemne triduo. La primera misa fue cantada por el Cura Hidalgo. (aún se conserva el cáliz utilizado por él) y después de las fiestas religiosas siguieron las profanas, es decir, las Corridas de Toros y toda la feria espontánea que en torno a ella se generó.
La plaza de toros construida de madera y forrada con manta de ixtle, decorada cuidadosamente en su interior, daba un aspecto agradable.
El palco de honor fue ocupado por el Letrado Intendente Interino de la provincia, don Vicente Bernabeu, por el cura don Miguel Hidalgo y Costilla y por el Coronel don Félix María Calleja del Rey, Jefe de armas de San Luis Potosí, en tanto Capitán Ignacio Allende, al frente de una Compañía del Regimiento de la Reina, despejaba plaza, constituyendo esto uno de los mas gustados atractivos que la gente aplaudió todas las tardes.
Los resultados económicos fueron superiores a lo esperado y el reporte del Intendente Bernabeu al Virrey Marquina expresa que a las “funciones concurrió infinito y nunca visto número de gentes de lugares aún muy distantes”…. y …..” ningún desgraciado acontecimiento, sino sosiego y tranquilidad continuas”…Así es como gracias a la comunión de tres personajes de la historia nacional, se concluyó la construcción de nuestro hermosísimo Santuario de Guadalupe y quien iba a decir que diez años después, Hidalgo y Allende estarían enfrentándose en una guerra a l mismísimo Calleja o viceversa
viernes, 4 de septiembre de 2009
El Eclipse del 30 de Mayo de 1984
Desde finales del mes de Julio de este año estuvo circulando un correo electrónico señalando que el 27 de Agosto se podrían ver dos lunas, porque Marte se acercaría tanto a la tierra que parecería una luna adicional y que este acontecimiento no lo volveríamos a ver ningún ser vivo de ahora pues de volver a suceder pasarían muchísimos años.
Los noticieros no dieron cuenta de ello, ni antes ni después del 27 de agosto, por mi parte, crédulo como soy estuve a la expectativa y justo la noche del 27 al 28 el cielo potosino se nubló y me quedé con la duda de “si habrá sucedido”, yo creo que no porque nadie dijo nada después, pero si me hizo recordar aquel eclipse total de sol que sería observado en todo su esplendor o negrura sería mejor dicho, el 30 de mayo de 1984 justamente aquí en San Luis Potosí. Era gobernador de San Luis Carlos Jonguitud Barrios, ya contábamos con el Parque Tangamanga y era justo el lugar donde se darían cita un sinnúmero de científicos e investigadores en la materia para observar tan espectacular acontecimiento que tendría inicio alrededor de las 9 de la mañana.
El Profesor Jonguitud encargó a una empresa la elaboración de cientos, quizás miles de emparedados para dar o vender a los asistentes al parque Tangamanga, las clases se suspendieron para evitar riesgos y algunas personas organizaron con sus familiares, desayunos en algún lugar estratégico donde se pudiera observar el tan esperado eclipse, tal fue el caso del Sr. Francisco Loredo, Propietario del Centro Potosino de Convenciones, que invitó a familiares y amigos a observar el eclipse desde la hermosa terraza del centro de convenciones (Benigno Arriaga 610)
Previo al eclipse la gente hablaba y expresaba sus miedos y supersticiones, los científicos enseñaban, por televisión se daban instrucciones sobre la forma mas adecuada de observar el fenómeno sin poner en riesgo la vista y la venta de anteojos especiales para verlo no se dejó esperar, se agotaron los cristales oscuros de soldador, la gente se preparó con película fotográfica velada, en fin había una gran expectación y llegó el día amaneciendo con una nublazón que ni siquiera permitía ver donde se encontraba el sol, los científicos previsores que habían consultado el meteorológico cambiaron lugar a Matehuala o Aguascalientes y fue en Jalisco, (en Cuyutlan) donde mejor se pudo observar. Los potosinos de la capital nos quedamos con un palmo de narices; en el centro de convenciones nos limitamos a disfrutar del desayuno, que durante unos segundos dio la sensación de ser cena pues simplemente se oscureció todo hasta llegar a una negrura de noche sin luna, el Parque Tangamanga estuvo prácticamente desierto, los emparedados se quedaron esperando comensales y Jonguitud expresó aquello de —Ni modo, el próximo lo organizamos mejor—
Para tal motivo y previo al acontecimiento, se había encargado una escultura representativa del eclipse, la que está colocada a espaldas del edificio de Seguridad, por el lado del eje vial y que hoy día se ve descuidada y cuyo significado se ha olvidado por muchos y se desconoce para otros. Este monumento tiene en su parte superior una flecha que señala el punto preciso donde estaría el sol al momento del fenómeno y en la parte inferior un reloj de sol que actualmente parece media rueda de carreta.
El caso es que entonces como ahora con esto del supuesto acercamiento de Marte y la vista de dos aparentes lunas, el cielo nos ha jugado a los potosinos, la gracia de nublarse inesperadamente, pero como dijo el profesor Jonguitud —Ni modo, la próxima la organizamos mejor.
martes, 4 de agosto de 2009
El Rector y la UASLP al rescate de “La Memoria”
Apenas si terminaba el comentario al aire, el Rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Lic. Mario García Valdez llamó por teléfono para expresar que sería la Universidad quien realizaría el monumento funerario para la tumba del Lic. Báez lozano, exaltó además el rector la importante labor y trayectoria de don Ernesto a lo largo de su vida en la Universidad, como maestro, como integrante del Concejo Universitario, puntualizando en que, en toda la historia de la Universidad, el Maestro Báez fue quien mas tiempo ocupó un lugar en este concejo. La importancia de su presencia en la creación y vida de Radio universidad y su ejemplo como persona.
Horas mas tarde, el Rector Mario García Valdez, se estaba comunicando personalmente conmigo para pedirme que me involucrara en el proyecto y que me pusiera de acuerdo con la Lic. Pilar Delgadillo para ver que se podía hacer para preservar la memoria del Maestro Báez Lozano.
Al día siguiente Pilar Delgadillo y yo estábamos platicando, me comentó sobre el interés del rector de que además de la lápida se instituyera algún tipo de concurso que llevara el nombre de don Ernesto, por mi parte sugerí que se erigiera un busto a colocarse junto al de Montejano, en la explanada de la Biblioteca Universitaria.
Para la construcción de la lápida lo primero que teníamos que hacer era contar con la autorización de familiares del Lic. Báez, cosa que cuando estoy escribiendo esto ya se ha logrado.
En días pasados llamé a la Lic. Pilar Delgadillo, quien me contestó aún cuando estaba de vacaciones y me dijo que el siguiente paso era reunirnos con el director de la Escuela del Hábitat (Arquitectura) para proceder al diseño y construcción del monumento funerario.
Mantendré informado a Uds sobre el resultado de estas gestiones, en tanto hay que agradecer al Rector y la Universidad por su iniciativa en preservar la memoria del gran memorista.
lunes, 13 de julio de 2009
Ernesto Báez Lozano, la memoria olvidada
El domingo 28 de Mayo de 2006 a las cuatro de la tarde fue celebrada su misa de cuerpo presente en el templo del Perpetuo Socorro, su cuerpo fue recibido por una lluvia de aplausos. La misa fue celebrada por el arzobispo emérito de San Luis Potosí, don Arturo Antonio Szymanski Ramírez, con la asistencia de cientos de personalidades de los ámbitos de la cultura, del espectáculo, de la política, de los medios de comunicación y de la academia.
Al día siguiente una nota periodística decía: Bien dicen que no es mas grande el que mas espacio ocupa, sino el que mas vacío deja cuando se va, y el del maestro Báez Lozano es inconmensurable. Sin embargo, don Ernesto no morirá nunca, puesto que la muerte sólo existe cuando el recuerdo desaparece de la memoria de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo.
El lunes 29 de Mayo de ese año, todos los diarios de circulación estatal daban cuenta de la reseña del último adiós al Maestro Báez Lozano.
Ese año de 2006, el ayuntamiento honró su memoria dedicándole el altar de muertos en Palacio Municipal, diferentes organizaciones realizaron homenajes póstumos, de hecho el maestro Báez recibió mas homenajes muerto que vivo, al año de su fallecimiento, el 27 de Mayo de 2007 fue recordado por familiares y amigos con una misa que todavía fue nota periodística. Y todo parece ser que la memoria se va olvidando, pues mientras mas pasa el tiempo, menos eventos se realizan para recordarlo.
Báez Lozano fue enterrado en el panteón del saucito, junto a las tumbas de sus padres, sin embargo su tumba luce pobre, la cubre un montón de tierra, una cruz mal hecha de metal pintada de negro con el nombre de Lic, Ernesto Báez Lozano escritas torpemente a mano con pintura blanca, algunos ramos de flores de plástico como único adorno, un humilde ramo de flores marchitas de días, meses, tal vez año, se encuentra amarrada a la cruz, una gladiola roja solitaria dejada ahí quizás por alguien que reconoció el nombre al pasar y se conmovió de su pobreza. Así es, a tres años de su muerte, su tumba no tiene lápida, y menos monumento.
Donde están hoy todos esos cientos de personalidades que exaltaron las cualidades de Báez lozano en su misa de cuerpo presente? Donde están sus familiares? Donde todos los que le recibieron y despidieron con aplausos en la ceremonia religiosa de sus exequias? No dejó el maestro algunos centavitos con los que hacerle su lápida.-
Es triste pero la memoria se ha olvidado.
lunes, 11 de mayo de 2009
Epidemias en San Luis Potosí
En el año de 1814 la ciudad de San Luis Potosí sufrió una epidemia de Tifo, en ese tiempo no se tenía conocimiento de las causas que lo producían, fue hasta un siglo después que se descubrieron las causas cuando Howard Taylor Rickets describía aquí en México el microbio del Tifo y Charles Nicolle en Argelia demostraba que el piojo era el vector, sin embargo el médico Mexicano Miguel Otero, radicado en San Luis Potosí, había realizado estudios que determinaban que el microbio no se encontraba en el aire sino en la sangre.
En 1833 San Luis Potosí se vio azolada por otra epidemia, la de Cólera y en 1839 vuelve la viruela a hacer de las suyas y cuando parecía que no había más, en el año de 1841 otro ataque de viruela causó nuevos estragos en la población.
En 1850 una nueva epidemia de cólera se apodera de la población.
Pero ninguna epidemia fue tan desastrosa, ni siquiera la de viruela de 1799, como fue la mal llamada Gripe Española que prendió en 1918 y que mató alrededor del mundo a mas de 50 millones de habitantes, que pudieron llegar a 100 millones.
El estado mexicano mas golpeado por esta pandemia fue Nuevo León, donde en tan solo 15 días ( del 1° al 15 de Octubre de 1918) murieron 5,015 personas. Y hay que considerar que esa pandemia duró todavía hasta 1919. El brote o primer caso se dio en Estados Unidos durante el mes de marzo de 1918 (curiosa coincidencia).
En San Luis Potosí, la epidemia de la Gripe Española que nos es otra cosa que lo que conocemos como Influenza Estacionaria, fue de tal magnitud que la gente moría en las calles, y la que moría en casa eran sacadas para que las brigadas de sanidad recogieran los cadáveres y procedieran a inhumarlos de inmediato, valiéndose de carretones de bueyes y góndolas del naciente servicio de transporte tranviario, para su traslado al panteón del saucito. En una de esas fue recogido, como se hacía con todo cuerpo humano tirado en vía pública, el joven estudiante Luis Maldonado.
Habían sido tantos los cuerpos llevados ese día al panteón, que los enterradores no se dieron abasto para soterrar a todos, por lo que muchas de ellos se quedaron sobre el suelo en espera del siguiente día. Entre esos cuerpos inertes de los fallecidos por la Influenza, se encontraba el de Luis Maldonado, que a la media noche, ante la mirada incrédula del velador, se incorporó para irse a su casa donde no lo esperaban porque ya habían dado aviso a sus familiares de que había sido recogido muerto por los voluntarios y empleados de las brigadas de sanidad. Este quizás sea el hecho que inició la leyenda del “Gallo” Maldonado, de quien se dijo había resucitado de entre los muertos, pero lo cierto es que cuando lo recogieron de la vía pública estaba ahogado de borracho y fue tomado por muerto.
Desde entonces San Luis sólo había sido afectado por algunas Epizootias como la fiebre Aftosa en los cincuentas, la Encefalitis Equina en los setentas, otra incipiente que atacó a conejos en los noventas, hasta esta epidemia, en la primavera de 2009, que en principio se dio en llamar Influenza Porcina.
De esta ya hablaremos mas adelante.