lunes, 13 de julio de 2009

Ernesto Báez Lozano, la memoria olvidada


El sábado 27 de Mayo de 2006, en su casa de Av. V. Carranza, frente al cine avenida, siendo las 20 horas, el memorable memorista, lic. Ernesto Báez Lozano era declarado muerto, al día siguiente los periódicos daban la nota, algunos exaltaban los dones y cualidades del genial hombre de memoria única. Jamás usó agenda, no la necesitaba, nunca olvidaba lo que tenía que hacer ni lo que había hecho, guardaba en sus cosas un orden de autista y algo ha de haber tenido de ello pues le alteraba sobremanera que sus cosas fueran cambiadas de lugar, de hecho era lo único que le alteraba. Recordaba siempre todo nombre, fecha y cara de las personas que conocía, sabía todo el santoral del año, era capaz de describir el clima de un día específico a treinta años o mas de distancia, recordaba el nombre de todos los que habían sido sus alumnos, el lugar donde se sentaba cada quien en el aula de clases y el año que habían sido sus alumnos. Su memoria era sin duda lo mas sobresaliente a esa grandeza de memoria le seguía su don de gente. Fue un musicólogo inigualable, tocaba el piano, en algunas ocasiones tocó el órgano de catedral, como lo fue en la boda de Luis García Julián.
El domingo 28 de Mayo de 2006 a las cuatro de la tarde fue celebrada su misa de cuerpo presente en el templo del Perpetuo Socorro, su cuerpo fue recibido por una lluvia de aplausos. La misa fue celebrada por el arzobispo emérito de San Luis Potosí, don Arturo Antonio Szymanski Ramírez, con la asistencia de cientos de personalidades de los ámbitos de la cultura, del espectáculo, de la política, de los medios de comunicación y de la academia.
Al día siguiente una nota periodística decía: Bien dicen que no es mas grande el que mas espacio ocupa, sino el que mas vacío deja cuando se va, y el del maestro Báez Lozano es inconmensurable. Sin embargo, don Ernesto no morirá nunca, puesto que la muerte sólo existe cuando el recuerdo desaparece de la memoria de todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo.
El lunes 29 de Mayo de ese año, todos los diarios de circulación estatal daban cuenta de la reseña del último adiós al Maestro Báez Lozano.
Ese año de 2006, el ayuntamiento honró su memoria dedicándole el altar de muertos en Palacio Municipal, diferentes organizaciones realizaron homenajes póstumos, de hecho el maestro Báez recibió mas homenajes muerto que vivo, al año de su fallecimiento, el 27 de Mayo de 2007 fue recordado por familiares y amigos con una misa que todavía fue nota periodística. Y todo parece ser que la memoria se va olvidando, pues mientras mas pasa el tiempo, menos eventos se realizan para recordarlo.
Báez Lozano fue enterrado en el panteón del saucito, junto a las tumbas de sus padres, sin embargo su tumba luce pobre, la cubre un montón de tierra, una cruz mal hecha de metal pintada de negro con el nombre de Lic, Ernesto Báez Lozano escritas torpemente a mano con pintura blanca, algunos ramos de flores de plástico como único adorno, un humilde ramo de flores marchitas de días, meses, tal vez año, se encuentra amarrada a la cruz, una gladiola roja solitaria dejada ahí quizás por alguien que reconoció el nombre al pasar y se conmovió de su pobreza. Así es, a tres años de su muerte, su tumba no tiene lápida, y menos monumento.
Donde están hoy todos esos cientos de personalidades que exaltaron las cualidades de Báez lozano en su misa de cuerpo presente? Donde están sus familiares? Donde todos los que le recibieron y despidieron con aplausos en la ceremonia religiosa de sus exequias? No dejó el maestro algunos centavitos con los que hacerle su lápida.-
Es triste pero la memoria se ha olvidado.