domingo, 23 de mayo de 2010

El Jardín Colón y la torre de su reloj

El robo de un siglo
El Jardín Colón, al parecer el único que conserva su nombre original u oficial desde que se instituyó como tal, aunque coloquialmente durante algún tiempo, incluso hasta poco después de la segunda mitad del siglo XX algunos le nombraban también el jardín de la merced, por encontrarse donde fue el convento de “La Merced”, por ahí estuvo también la capilla de San Lorenzo al lado poniente donde una vez estuvo una palmera que fue quemada por un rayo, del lado oriente del jardín se encuentra el ahora Mercado Tangamanga, aunque todavía en la década de los sesentas del s. XX se le conocía como Mercado de la Merced, hasta que un día a alguien se le ocurrió nominar lo mas que pudo con el nombre de Tangamanga.
Al Jardín colón se llega desde el centro, en forma directa, por la ahora calle de Zaragoza que tuvo diferentes nombres, oficiales o no, que fueron de “La Merced” y “San Lorenzo” principalmente, “de la Concepción”, “Vargas” y “De los Afligidos” según se puede ver todavía en algunas placas de cerámica a lo largo de la calle.
El jardín colón cuenta con el único pozo artesiano cuadrado en San Luis todavía en funciones, tiene cuatro corredores que parten del centro donde está la torre del reloj regalado por la colonia española al pueblo de San Luis Potosí con motivo del primer centenario de la independencia, según se ve en su enorme placa de mármol fechada en 1910, esta es la principal característica del jardín además de que al final del corredor sur parte La Calzada de Guadalupe y a unos pasos se encuentra la Caja de Agua.
Durante casi un siglo el reloj del Jardín Colón dio la hora a los parroquianos, anunciando los cuartos de hora, las medias horas y las horas con diferentes sonidos que salían del pequeño carillón que accionaba las campanillas de la parte superior de la torre se aprecian cuatro carátulas con números romanos que como característica particular tienen el cuatro señalado con IIII y no IV.
Pero sucedió hace justo un año, cuando aún era gobernador del Estado el Contador Marcelo de los Santos Fraga y un sobrino de él encargado de monumentos, la maquinaria del reloj fue sustraída a plena luz del día, arrancando la cerradura de la puerta y en cuestión de minutos extraída la maquinaria, dejando abandonadas las cadenas y cuerdas de las carátulas y campanas, preguntando por ahí, a las personas que frecuentan el jardín, si alguien se había dado cuenta, me contaron que fue alrededor de las 11 de la mañana de cualquier día de abril o mayo de 2009 eran dos personas con uniforme de trabajo y con una camioneta que traía la razón social de una relojería, hubo quienes me aseguraron que el nombre era “La Esmeralda” y que las placas de la unidad eran… unos que de Querétaro y otros que de Puebla, que pensaron se lo estaban llevando para repararlo, pero cuando vieron que la chapa o cerradura había sido arrancada comenzaron a sospechar (inocentes palomitas) que podría tratarse de un robo.
Ahí tenemos que mas de 99 años, prácticamente un siglo de nuestra historia fue robada en la total impunidad, curiosamente un fin similar lo tuvo el reloj de la estación de ferrocarril que aunque mas nuevo que el del Jardín Colón, fue el mas preciso y exacto de todo San Luis.
Podrán las autoridades poner de manifiesto su competencia rescatando estas y otras piezas robadas y/o perdidas y mas aún podrán preservar nuestro patrimonio arquitectónico histórico y cultural?