
Llegando a Tampico comienza a desempeñarse en modestos trabajos de comedor en el Hotel Imperial, de ahí pasa al Café Victoria donde encuentra colocación como camarero (mesero) y posteriormente en el Restaurante Opera, Cabaret Louisiana, los Restaurantes Manhatan, Astoria y Royal, hasta llegar al Hotel Bristol en el año de 1932, que tenía entonces el mejor restaurante de todo el país .

Por su profesionalismo, vocación de servicio y don de gentes, José Inés era ya una persona bien relacionada y apreciada en el puerto. Por lo que fue invitado a participar activamente en diferentes puestos públicos, primero como regidor, después como jefe de la policía y por último presidente municipal de Tampico, Tamps. Cabe mencionar que durante sus gestiones en esos diferentes puestos nunca dejó su trabajo como mesero, incluso se cuenta la anécdota, que siendo presidente municipal, recibió la visita de un alto funcionario del gobierno de Tamaulipas, quien posteriormente fue atendido en el restaurante del Hotel Bristol por el mismo don José Inés, el funcionario aquel no podía creerlo y preguntó a don José la razón de su trabajo y este le contestó que no podía darse el lujo de dejar su trabajo pues con el sueldo de presidente municipal no le alcanzaría para vivir como estaba acostumbrado a hacerlo.
Era la época de bonanza petrolera y las propinas superaban en mucho los sueldos de cualquier profesionista.
En 1939 decide irse a la ciudad de México junto con su hermano Fidel Loredo, los compañeros de trabajo Rodrigo Ramírez , Héctor Crespo y el maestro de cocina Antonio de Rocabruna y Valdivieso, con la idea de fundar un restaurante que inicia en un modesto local en Balderas y Av. Juárez, cercano a la Alameda Central y le pusieron por nombre “Tampico Club”. La cocina estaba a cargo del maestro Rocabruna y Fidel Loredo, la especialidad de la casa fue el “Almuerzo Huasteco” que pronto cobra fama y consistía en Cecina Huasteca (que a diferencia de las cecinas que se sirven en otras partes esta es fresca, suave, jugosa y tierna consistencia) enchiladas verdes, queso asado a la plancha y una casuelita de frijoles negros con epazote, sin faltar el café de olla (que es preparado con canela y endulzado con piloncillo), fue tanta la aceptación de este “Almuerzo Huasteco” que los comensales lo pedían a toda hora, de tal suerte que el restaurante Tampico Club permanecía abierto las veinticuatro horas, es entonces cuando don José Inés Loredo diseña el platillo de Carne Asada a la tampiqueña con un filete delgado y largo de carne asada dispuesto a lo largo de un plato oval, con una guarnición de rajas de chile poblano, enchiladas que de origen debieron ser verdes del tipo huasteco, esto a un lado de la carne y al otro aguacate picado con chile y cebolla, frijoles negros refritos con totopos y queso, a este platillo se le daría un simbolismo, la carne asada al centro representaría al río Pánuco; el platón o plato oval, la zona Huasteca; las enchiladas verdes, los verdes campos de la región; los frijoles negros la tierra fértil y el queso blanco, la pureza de la gente del lugar.

Aún cuando San Luis Potosí lo único que tiene de don José Inés Loredo es su Acta de Nacimiento, honra su memoria sirviendo la Carne Asada a la Tampiqueña, con enchiladas potosinas, como recordando que su creador nació en estas tierras.
La fama del Tampico Club fue tanta que recibía a distinguidos personajes de la política, el arte y los espectáculos, sin faltar por supuesto familias que encontraban en el lugar un ambiente sanamente agradable.
Nacen después otros restaurantes propiedad de don José I. Loredo, como el Restaurante Loredo en la calle de Hamburgo y en 1944 El Mesón del Caballo Bayo, este se especializó en comida mexicana y nadie daba buenos augurios dado que su ubicación era lejana al centro de la ciudad, mas allá del Hipódromo, prácticamente en despoblado, sin embargo ha sido el mas representativo de los restaurantes de don José Inés Loredo cuya fama ha trascendido fronteras.
Y siguieron abriendo restaurantes Loredo hasta crear el Grupo Loredo, que además de operar sus propios restaurantes en diferentes entidades de la República, da servicio a comedores industriales.
En Tampico, Tamaulipas , una escuela primaria tiene su nombre, como en 1973 a una calle del puertose le puso el nombre de José Inés Loredo.
En 1964 Recibió un homenaje por parte de la cámara de restauranteros, de la que fue fundador.
En 1974, la Asociación Nacional de cocineros y reposteros de España le otorgó el título Caballero de la Orden de San Lorenzo y en 1977 la Organización Milano de Italia le otorgó el II Cuoco D’Oro Internazionale. Fue considerado hasta sus últimos días Presidente Vitalicio de la Asociación Mexicana de Restaurantes y presidente de la Asociación de Técnicos Gastronómicos y Hoteleros de la República Mexicana.
La Cámara Nacional de la Industria Restaurantera ha instituido el premio al mérito empresarial restaurantero “José Inés Loredo” a la cocina Mexicana.